M

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no todo lo que creemos perfecto es perfecto

sábado, 12 de junio de 2010

12 de junio

Al rato alguien llamó a la puerta.
¡Adelante!- M se tumbó en la cama y se subió las sábanas a la altura del cuello, dejando sólo al descubierto la cabeza y uno de los brazos.
El desconocido entró, era un hombre de unos cuarenta años, vestía con una túnica verde que, al entrar onduló suavemente. Las facciones de su cara eran grotescas y tenía bastantes arrugas. El hombre no hizo ningún movimiento ni pregunta y M finalmente se enderezó, la cara del hombre le miraba fijamente y no tenía ninguna muestra de alegría, más bien parecía bastante furioso.
-hola- se decantó por decir el extraño- me llamo Anthimor, dueño y señor de la torre negra de Fasmion.
M se quedó contemplando al hombre mientras éste se acercaba.
-dime, ¿tu varita es aquella de la bolsa?- preguntó Anthimor
-si…- respondió M sin prestarle mucha atención.
Anthimor se acercó hasta ella, la cogió y estuvo un buen rato observándola. Finalmente se giró hacia M y preguntó:
-y bien, ¿me podrías decir como se te ha roto?-M parecía sorprendido ante el interés de Anthimor por su varita, tampoco quería que Anthimor se inmiscuyera en asuntos que no le importaran.
-No lo recuerdo, lo único que recuerdo es que en el bosque me caí y alguien me cogió- M no pudo evitar preguntar cuanto tiempo llevaba en este lugar, lo único que sabía es que, por el olor que su cuerpo desprendía llevaría mas o menos una semana.
-has estado 5 días inconsciente, lo único que repetías era el nombre de una tal Anithsir, ¿es algún familiar tuyo?
M no respondió, como pensó antes, a aquel viejo que no conocía de nada no le iba a detallar nada acerca de su vida, se limitó a mirar la extraña túnica verde que le había estado llamando la atención; estaba decorada con una serie de signos en las muñecas y tenía un cinturón a juego, en el que el signo de la hebilla era un tanto extraña, se trataba de un círculo cruzado por dos serpientes todo situado bajo una estrella de cinco puntas dorada.
-bueno… veo que no quieres hablar, en tal caso, te diré que ya estas recuperado y que quiero verte abajo en 40 minutos, te dejo tiempo para ducharte, el baño está al salir a la derecha.- después de decir esto, Anthimor salió de la habitación y desapareció en la oscuridad.
M se quedó un rato mirando las dos telarañas del techo y, finalmente, decidió bajar. Se dio una ducha de agua fría para despejarse, se vistió con unos vaqueros y una camiseta roja, regalo de Damania y bajo por las escaleras.
Estas estaban colocadas en espiral y, a los lados había largos pasillos llenos de puertas. Las paredes de la torre estaban echas con piedra que, a pesar de no hacer frío estaban húmedas, frías, viejas y deterioradas.
Finalmente llegó abajo, había una especie de hall con dos pasillos y una puerta donde se encontraba la cocina, detrás del hall y a la derecha de las escaleras había otra puerta que daba a un amplio salón donde pudo distinguir la figura de Anthimor sentada en un sillón.

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