M

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no todo lo que creemos perfecto es perfecto

viernes, 11 de junio de 2010

11 de junio

La misma sensación que la 1ª vez que le vió en la cocina, sus piernas empezaron a temblar y poco a poco se dio la vuelta, allí, sentado encima de un árbol estaba él, el extraño que conocía sin saber de qué.
Te encontré...
Notó que sus fuerzas se desvanecían, todo empezó a nublarse, cayó... lo único que pudo ver fue un hombre que lo sujetaba.
Abrió los ojos y vió a la ninfa, ésta se puso a hablar, pero no consiguió entenderla, entonces se levantó. M notó como el corazón se le salía de su cuerpo, se le cortó a respiración y, por fin vió la mitad de la cara de la ninfa.
Era un ser de inimaginable belleza, su cara delgada y pálida destacaba por el destello de sus ojos y sus rasgos femeninos en la nariz y en la boca. Poco a poco se acercó a M y se paró delante de él, M no podría haber imaginado nunca lo bella que era la ninfa, ella le puso un colgante con el que pudo entender antes de que todo empezase a dar vueltas unas palabras de la ninfa.
-Sálvame... -
M se incorporó, se encontraba en una habitación rectangular, con dos ventanas sin cristales a los lados. Su techo estaba adornado con dos telarañas que se movían por el viento de las ventanas. En la estancia había una cama, varios cuadros extraños de gente a la que M no había viso nunca, una mesa con una vela encima y una silla de madera al lado de ésta y un armario con las puertas abiertas en las que M pudo distinguir su bolsa.

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